viernes, 9 de mayo de 2008


"¿Y qué quieres que haga?
¿Buscarme un protector? ¿Un amo tal vez?
Y como hiedra oscura que sube la pared,
medrando sibilina y con adulación.
¿Cambiar de camisa para obtener posición?
¡No, gracias!
¿Dedicar, si viene al caso, versos a los banqueros?
¿Convertirme en payaso?
¿Adular con vileza los cuernos de un cabestro
por temor a que me lance un gesto siniestro?
¡No, gracias!
¿Desayunar cada día un sapo?
¿Tener el vientre panzón? ¿Un papo
que me llegue a las rodillas
con dolencias pestilentes
de tanto hacer reverencias?
¡No, gracias!
¿Adular el talento de los camelos?
¿Vivir atemorizado por infames libelos
y repetir sin tregua: «Señores,
soy un loro, quiero ver mi nombre
escrito en letras de oro!»?
¡No, gracias!
¿Sentir terror a los anatemas?
¿Preferir las calumnias a los poemas?
¿Coleccionar medallas? ¿Urdir falacias?
¡No, gracias!
¡No, gracias!
¡No, gracias!...
Pero cantar... Soñar... Reír... Vivir... Estar solo...
Ser libre, tener el ojo avizor,
la voz que vibre, ponerme
por sombrero el universo,
por un sí o por un no.
Batirme, o hacer un verso...
Despreciar con valor la gloria y la fortuna,
viajar con la imaginación ¡a la luna!.

Sólo al que vale reconocer los méritos,
no pagar jamás por favores pretéritos,
Renunciar para siempre a cadenas y protocolos.
Posiblemente no volar muy alto
Pero solo..."
Éste es quizá el fragmento que más me emociona de "Cyrano de Bergerac" de Edmond Rostand. El fragmento donde se palpa la integridad del personaje. La verdad de un ser humano libre a pesar de la responsabilidad que la libertad nos exige, nos demanda. La conciencia de un vuelo no muy alto, pero vuelo al fin y al cabo. La conciencia de nuestra propia humanidad frágil, delicada... y también fuerte y decidida ante el rostro ruin de la hipocresía... Es éste un hermoso personaje y no menos hermosa ha sido la interpretación que de él ha hecho José Pedro Carrión. Mi mejor Cyrano.

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