domingo, 21 de marzo de 2010

POESÍA...



... Siempre me ha gustado este poema de Gabriel Celaya, desde la primera vez que lo leí... Años después se lo escuché, en un homenaje, a Adolfo Marsillach. Era en Leganés, una grabación... y se me quedó en la memoria su forma de decir, de remarcar cada verso, la intención con la que pronunciaba cada palabra... Hoy lo he buscado a través de internet... pero no está... cómo me gustaría escuchar de nuevo los versos de Gabriel Celaya en la voz de Adolfo Marsillach...

... Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse...

sábado, 20 de marzo de 2010

EL HAMBRE...

EL HAMBRE. MIGUEL HERNÁNDEZ (EL HOMBRE ACECHA)

...Tened presente el hambre: recordad su pasado
turbio de capataces que pagaban en plomo.
Aquel jornal al precio de la sangre cobrado,
con yugos en el alma, con golpes en el lomo.

El hambre paseaba sus vacas exprimidas,
sus mujeres resecas, sus devoradas ubres,
sus ávidas quijadas, sus miserables vidas
frente a los comedores y los cuerpos salubres.

Los años de abundancia, la saciedad, la hartura,
eran sólo de aquellos que se llamaban amos.
Para que venga el pan justo a la dentadura
del hambre de los pobres aquí estoy, aquí estamos.

Nosotros no podemos ser ellos, los de enfrente,
los que entienden la vida por un botín sangriento:
como los tiburones, voracidad y diente,
panteras deseosas de un mundo siempre hambriento.

Años del hambre han sido para el pobre sus años.
Sumaban para el otro su cantidad los panes.
Y el hambre alobadaba sus rapaces rebaños
de cuervos, de tenazas, de lobos, de alacranes.

Hambrientamente lucho yo, con todas mis brechas,
cicatrices y heridas, señales y recuerdos
del hambre, contra tantas barrigas satisfechas:
cerdos con un origen peor que el de los cerdos.

Por haber engordado tan baja y brutalmente,
más abajo de donde los cerdos se solazan,
seréis atravesados por esta gran corriente
de espigas que llamean, de puños que amenazan.

No habéis querido oír con orejas abiertas
el llanto de millones de niños jornaleros.
Ladrábais cuando el hambre llegaba a vuestras puertas
a pedir con la boca de los mismos luceros

En cada casa, un odio como una higuera fosca,
como un tremante toro con los cuernos tremantes,
rompe por los tejados, os cerca y os embosca,
y os destruye a cornadas, perros agonizantes.

II

El hambre es el primero de los conocimientos:
tener hambre es la cosa primera que se aprende.
Y la ferocidad de nuestros sentimientos,
allá donde el estómago se origina, se enciende.

Uno no es tan humano que no estrangule un día
pájaros sin sentir herida en la conciencia:
que no sea capaz de ahogar en nieve fría
palomas que no saben si no es de la inocencia.

El animal influye sobre mí con extremo,
la fiera late en todas mis fuerzas, mis pasiones.
A veces, he de hacer un esfuerzo supremo
para acallar en mí la voz de los leones.

Me enorgullece el título de animal en mi vida,
pero en el animal humano persevero.
Y busco por mi cuerpo lo más puro que anida,
bajo tanta maleza, con su valor primero.

Por hambre vuelve el hombre sobre los laberintos
donde la vida habita siniestramente sola.
Reaparece la fiera, recobra sus instintos,
sus patas erizadas, sus rencores, su cola.

Arroja sus estudios y la sabiduría,
y se quita la máscara, la piel de la cultura,
los ojos de la ciencia, la corteza tardía
de los conocimientos que descubre y procura.

Entonces solo sabe del mal, del exterminio.
Inventa gases, lanza motivos destructores,
regresa a la pezuña, retrocede al dominio
del colmillo, y avanza sobre los comedores.

Se ejercita en la bestia, y empuña la cuchara
dispuesto a que ninguno se le acerque a la mesa.
Entonces sólo veo sobre el mundo una piara
de tigres, y en mis ojos la visión duele y pesa.

Yo no tengo en el alma tanto tigre admitido,
tanto chacal prohijado, que el vino que me toca,
el pan, el día, el hambre no tenga compartido
con otras hambres puestas noblemente en la boca.

Ayudadme a ser hombre: no me dejéis ser fiera
hambrienta, encarnizada, sitiada eternamente.
Yo, animal familiar, con esta sangre obrera
os doy la humanidad que mi canción presiente.


... No conocía este poema de Miguel Hernández... Sobrecogedor, hermoso, sobresaliente.

viernes, 19 de marzo de 2010

... UN RECUERDO, UN POEMA Y UNA CANCIÓN...

... En esta época siempre te recuerdo... tal vez porque fuiste quién me abrió la puerta del teatro y porque de tu mano me introduje en este mundo...

... Es cierto que soy yo y sólo yo quien se esfuerza denodadamente porque nada ni nadie pueda cerrar esa puerta...
... Seguramente si no hubieras sido tú, el mismo teatro hubiera unido sus pasos a los míos o la vida misma me hubiese conducido hacia él...

... Pero fuiste tú y no lo olvido... Por eso te recuerdo y te doy las gracias.

viernes, 12 de marzo de 2010

MIGUEL DELIBES YA ESTÁ JUNTO A LA SEÑORA DE ROJO SOBRE FONDO GRIS...

Ninguno de los dos era sincero pero lo fingíamos y ambos aceptábamos, de antemano, la situación. Pero las más de las veces, callábamos. Nos bastaba con mirarnos y sabernos. Nada nos importaban los silencios. Estábamos juntos y era suficiente. Cuando ella se fue todavía lo vi más claro: aquellas sobremesas sin palabras, aquellas miradas sin proyecto, sin esperar grandes cosas de la vida eran sencillamente la felicidad. Yo buscaba en la cabeza temas de conversación que pudieran interesarla, pero me sucedía lo mismo que ante el lienzo en blanco: no se me ocurría nada. A mayor empeño, mayor ofuscación. Se lo expliqué una mañana que, como de costumbre, caminábamos cogidos de la mano: ¿Qué vamos a decirnos? Me siento feliz así, respondió ella.
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Amaba el libro, pero el libro espontáneamente elegido. Ella entendía que el vicio o la virtud de leer dependían del primer libro. Aquel que llegaba a interesarse por un libro se convertía inevitablemente en esclavo de la lectura. Un libro te remitía a otro libro, un autor a otro autor, porque en contra de lo que solía decirse, los libros nunca te resolvían problemas sino que te los creaban, de modo que la curiosidad del lector nunca quedaba satisfecha. Y, al apelar a otros títulos, iniciabas una cadena que ya no podía concluir sino con la muerte. Sentía avidez por la letra impresa. Y me la contagió. Fue ella la que me aproximó a los libros, a ciertos libros y autores. En realidad, me abrió las puertas de ese mundo.

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Dos fragmentos del libro que más me gusta de Miguel Delibes... el que imaginó Un Camino, recorrido por un niño que quizá un día fue Príncipe Destronado. El que obligó a Carmen a pasar cinco horas con Mario... a sabiendas de que La Sombra del Ciprés era alargada. El que nos hizo recordar La guerra de nuestros antepasados... cuando todos éramos tan pobres, tan míseros como Las ratas... En fin...

... Pero este libro, esta Señora de Rojo sobre Fondo Gris... es especial...
Lo leí en una tarde. Tenía muchos libros entre los que escoger, para realizar un trabajo de literatura y opté por éste... Pocos han podido hablar del amor como el autor vallisoletano lo hace en estas páginas... Pocos han podido dejar tanto de una forma tan concisa... Qué hermoso y qué emoción al recordarlo...
Nunca se va quien nos deja tantas cosas... Nunca.

lunes, 1 de marzo de 2010

...

LO PEOR DE LA NIÑEZ;
EL EGOÍSMO SIN TREGUA
QUE MANIPULA, QUE ALEJA
LA INOCENCIA Y LA HONRADEZ.

LO PEOR DE LA NIÑEZ;
QUE NOS ROBA INDEPENDENCIA
QUE CONSIDERA UNA OFENSA
EL SIMPLE DESEO DE "SER".

LO PEOR DE LA NIÑEZ;
CAMINAR SIEMPRE EN REBAÑO,
DESPACITO, AÑO TRAS AÑO,
CALLADITA, SIN PODER
DECIR ACASO QUE PIENSO,
QUE TENGO OPINIÓN, CRITERIO...
AUNQUE NO LO QUIERAS VER.

LO PEOR DE LA NIÑEZ...
EL ADIÓS HACIA UN PASADO
AL QUE NO QUIERO VOLVER
SI EL PRECIO ES LA VIDA, ACASO
SI EL PRECIO ES LA INTEGRIDAD
PREFIERO SEGUIR ANDANDO
PREFIERO SEGUIR MIS PASOS
PREFIERO MI SOLEDAD.