miércoles, 25 de julio de 2012

Tomás Gayo...

... No puedo decir que fuera un gran actor. Sin embargo, sí fue un gran hombre de teatro. Luchador como pocos. Arriesgado en tiempos poco propicios para ello. Consciente de sus limitaciones y hambriento por mejorar, por aprender, por crecer en un arte al que dedicó su vida.
Fue con Tomás Gayo con quien hablé por primera vez cuando una servidora comenzaba a "jugar" a ser "crítica teatral". Fue una obra de Tomás Gayo, "La tía de Carlos" en el Teatro Fígaro, la primera que vi como "crítica". Era el 2 de diciembre de 2001 y yo comenzaba a "jugar" en Radio Intercontinental.
... Si algo he comprobado a lo largo de mis diez años y medio viendo teatro con asiduidad, ha sido el crecimiento de Tomás Gayo. La capacidad para rodearse de grandes nombres de la escena (Héctor Colomé, Ana Marzoa, Magüi Mira, Miguel Hermoso Arnao, Lola Casamajor...) la capacidad para ceder el protagonismo a quienes pueden dar más que él mismo sobre el escenario, la capacidad para ceder las riendas de la dirección de una obra cuando hay alguien que puede aportar más... Esa humildad, esa generosidad, sólo la tienen los grandes... Y Tomás Gayo fue un gran amante del teatro. Un gran productor y un gran autor teatral.
... Y como los grandes, se ha ido con las botas puestas y dejando desolada a "su" "Familia de Pascual Duarte". Su proyecto quizá, más ambicioso y también uno de los más logrados.




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