martes, 11 de diciembre de 2012

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Había pensado cerrar este blog... Había pensado borrar una serie de entradas cuya lectura me hace daño... Sin embargo, eso no sería correcto... eso sería no ser consecuente con lo que he sentido... con lo que siento... eso sería poco menos que avergonzarme de ser quién soy y cómo soy... Y no debo hacerlo, no tengo por qué hacerlo... Al fin y al cabo es lo único que tengo, lo único que me queda en la peor época de mi vida cuando me he quedado sola... cuando casi todo el mundo me ha dejado en la estacada, rodeada de fracaso, de dolor, de pérdida. Y digo casi todo el mundo porque casi nadie se queda a tu lado cuando tu vida es una mierda, porque casi nadie se queda a tu lado cuando te sientes una mierda... Y digo casi todo el mundo porque tres personas están... aunque a veces no lo haya merecido... Será eso... será que no he merecido más... será que no he merecido otra cosa más que el abandono en el momento más delicado, en el momento en el que puede hacérsenos más daño, en el momento en el que nadie debería ser abandonado... será que me equivoqué al querer a esa persona, será que me equivoqué al pensar que me quería... será que me equivoqué, sencillamente...

Mi vida es una mierda; lo que ocurre es que cuando se te va, cuando se marcha, cuando huye, cuando te dice adiós eso que te hacía ver el presente menos oscuro... menos gris... descubres, te descubres de forma clara... te hundes... reniegas de tu iluso proceder... y esperas... esperas un amanecer en el que todo eso que hoy se ha ido no sea ni un difuso recuerdo... y puedas levantarte y seguir caminando a solas... completamente sola...

1 comentario:

juan ballester dijo...

Qué te puedo decir, Sofía. Que procures mirar hacia adelante, olvidarte de toda la gente que te ha hecho daño. Sé cómo te sientes porque yo, en algún momento de la vida, también he tenido esa sensación de estar siendo ninguneado y olvidado. Incluso en el momento presente, debajo de mi falsa apariencia de felicidad, se esconde una profunda decepción respecto de personas a las que consideraba amigos y que parece que me han dado la espalda sin saber exactamente por qué. Quizá por lo que tú misma has comentado: cuando la vida te coloca bajo mínimos, dejas de resultar interesante incluso para quienes eran casi como hermanos.
En fin, en lo que yo pueda ayudarte o en lo que yo pueda contribuir a levantar tu autoestima, no dudes en decirmelo. Mi teléfono siempre está disponible para todo el que precise un rato de compañía o de conversación, y como sabes, mi "agenda" solo tiene comprometidos los días en que tengo visitas a médicos u hospitales.
Un abrazo.