sábado, 3 de noviembre de 2012

... familias adoptivas...

... Me gusta ir a la diálisis... Ayer lo comentaba con algunos amigos... Es algo extraño (quizá extraño para mí) pero se crea un ambiente familiar cálido y acogedor. Al principio lo experimenté en el hospital. Las enfermeras y enfermeros son amables, te conocen, te llaman por tu nombre, te cuidan, se preocupan por ti, te preguntan, se interesan por tu vida, por tus problemas, por tus preocupaciones... Con los demás pacientes, independientemente de la edad de cada uno hay una empatía, propia de la enfermedad y su grado, supongo, que es difícil conseguir en una relación normal o cotidiana... Con los médicos algo parecido o mayor quizá. Hay una proximidad una cercanía que te protege, te hace sentir a salvo y eso es verdaderamente gratificante.
... Después llegó la Clínica Santa Elena. En un principio me desencantó, he de reconocerlo... Aunque ahora, ahora me siento en casa. La sala es más pequeña, somos menos y quizá nos vamos conociendo más. Vamos siendo cómplices del día a día, de cada paso que alcanza a dar cada uno. Los médicos son igual de cariñosos y amables que en el hospital, sobre todo uno... Hasta las monjas que van vestidas de seglares se preocupan por los que esperamos pacientemente a que nos toque el turno de "purificación" no del alma, sino sanguínea...
... Es curioso cómo se crean esos lazos fraternales, amistosos, afectuosos... y la cosa es que viendo este proceso descubro que no es tan complicado, basta con un poco de empatía... empatía y humanidad, claro.
... Me gusta esta nueva familia que tengo desde el 27 de agosto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En oncología pasa lo mismo, aunque hay personas que les da miedo abrirse a los demás, quizá impresionados por la palabra maldita, o tal vez porque son "novatos" con los tratamientos. Pero los veteranos somos de alguna manera como una gran familia, y los enfermeros y enfermeras que nos atienden en el hospital de día (cuando toca) son encantadores. Lo más gracioso es que todos "competimos" de alguna forma por demostrar que somos los que estamos peor jejeje, y tendría que ser al revés.
Espero que se te resuelva pronto todo esto. Ir al hospital puede tener su parte positiva, pero lo mejor, desde luego, es ir solo de visita, o ni siquiera eso.
Un abrazo. Juan Ballester