miércoles, 15 de mayo de 2013

De libertades...

El pensamiento es libre...
El sentimiento también...
... Pero si somos libres para interpretar, para pensar, para sentir... ¿Somos libres para actuar cuando nada se nos ha dicho y sólo lo hemos interpretado?...
... ¿No decir nada es decir sí?
... ¿Es que aceptar una amistad ya nos da pasaporte para pensar otra cosa, para interpretar que podemos y queremos ir más allá?...
... Actualmente me hallo en esta tesitura...
... Siempre creí que la amistad era suficiente, sobre todo cuando de nada más he dado muestras...

1 comentario:

juan ballester dijo...

La amistad es un tesoro, es lo más maravilloso que puede existir entre los seres humanos.
En el fondo se trata de personas que comparten gustos, aficiones o inquietudes, que se sienten a gusto estando juntas, que se prestan su ayuda sin necesidad siquiera de que se las llame, que se ofrecen la mano de forma desinteresada y sin esperar nada a cambio.
Es normal que entre amigos se cree un vínculo especial, que se necesiten aunque no lo digan, que se respeten y se equivoquen, como todo ser humano, y que se perdonen cualquier defecto o cualquier acción que haya podido herir a uno de ellos de forma accidental.
Cuando uno está entre amigos, hasta el silencio es hermoso; no se necesita decir nada para sentirse lleno por dentro.
Pero cuántos se hacen llamar amigos y abandonan el barco como las ratas apenas perciben que las cosas empiezan a ir mal o cuando intuyen que ya no hay beneficio que sacar.
Por eso, a los verdaderos amigos se los reconoce en los momentos difíciles porque son los que están ahí, a veces sin decir nada, los que no nos abandonan aunque nos hayamos equivocado o aunque no tengamos razón en algo.
Al verdadero amigo hay que cuidarlo, por eso, basta un simple gesto para saber cuándo nos está dando las gracias o nos está pidiendo perdón.

Gracias por ser mi amiga, Sofía.