... A veces resulta difícil seguir avanzando, seguir caminando por un sendero que no sabemos nuestro. A veces dudamos, detenemos nuestro paso y pensamos si tal vez nos habremos equivocado. Normalmente nadie nos responde, pero en alguna ocasión, quizá cuando más lo necesitamos, acertamos a vislumbrar una luz, una señal, una voz que nos dice: "Adelante. Continúa. Éste es tu camino".
... No sé si el universo, si la naturaleza, si el cosmos o el mismo Dios nos ofrece señales, miguitas de pan, baldosas amarillas... No sé si nuestra propia energía puede comunicarse con algún tipo de energía superior... no sé si ambas pueden unir sus fuerzas para empujarnos o para serenarnos o para responder nuestras preguntas o para calmar nuestra desazón, pero me gusta pensar que así es... que hay algo que nos aproxima a la inmensidad que nos rodea y nos hace partícipes de sí, y que cuando en silencio pedimos que nos echen una mano en la forma que sea, todo se pone en marcha para ofrecernos una respuesta, para señalizarnos el camino a seguir, para abrir la puerta que se alzaba airosa como un obstáculo insalvable...
... Esta mañana he recibido un regalo... Lo abrí y ese regalo era "mi sendero"... abierto a mí... deseando que mis pies sigan caminando...
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