lunes, 16 de febrero de 2009

EN CUARENTENA...

Hay que esperar "nada" de otro ser... del ser al que apreciamos, al que queremos, al que admiramos, al que añoramos, al que sabemos más allá de un número de teléfono, más allá de un correo electrónico, más allá de una página web.
Hay que esperar "nada" de un ser que se dice amigo... de un ser que te sonríe, que te llama por teléfono, que te habla con aprecio, con afecto, incluso...
Hay que esperar "nada"... y sin embargo, no es posible... y sin embargo, es inevitable esperar, querer, soñar, caer en el dulce colchón de las ilusiones... y sin embargo, es inevitable esperar un día, organizarlo todo para... "nada"...
Es inevitable esperar... la vida, al fin, es una sucesión de esperas con llegadas, con faltas de puntualidad o con plantones... pero esperas al fin y al cabo... Y aunque hay que esperar "nada" de esta vida y de los seres que por ella transitan... Yo espero... aunque de vez en cuando ponga en cuarentena los afectos, las ilusiones y los sueños...
Yo continúo esperando... aunque en el fondo lo que aguarde silenciosa e impaciente casi siempre, sea la oportunidad de una infantil y cándida revancha.

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