miércoles, 3 de febrero de 2010

... VOLVER...

¿Merece la pena volver... Desandar el camino... Arrodillarnos nuevamente ante quienes fuimos... Despertar recuerdos amontonados en una habitación oscura y cerrada... Querer encontrarnos en unos ojos ajenos que intencionadamente dejaron de ser nuestros... Pretender entrar en unas imágenes lejanas, trazadas con la inocencia de la infancia y la alocada delicadeza de la adolescencia...?
¿Merece la pena volver, después de tanto tiempo... después del silencio... de los caminos divergentes que nos han conducido hacia otros lugares... después de un anonimato tranquilo y callado...?
... Seguramente merece la pena en determinado momento, en determinado lugar... y según de quién sean los ojos que nos esperan después de toda una vida...

3 comentarios:

Raquel Gallardo dijo...

Mientras no sea con la frente marchita y durante un ratito, no muy largo, eso sí..quizá...sí, quizá merezca la pena volver.

Rotura Producciones dijo...

Quizá sea solo cuestión de mirarse en el espejo y descubrir uno, extrañadamente, que no se reconoce. ¿Quien lo descubre, pregunto? ¿Quién lo pregunta, repondo? ¿Cuántos soy?

Te invito a protAgonizo
http://protagonizo.blogspot.com

jose dguez dijo...

Pues no se si merece la pena volver porque...


Después de un tiempo,
uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano
y encadenar un alma,
y uno aprende que el amor
no significa acostarse
y una compañía no significa seguridad
y uno empieza a aprender.
Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas
y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos y uno aprende a construir
todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana
es demasiado inseguro para planes...
y los futuros tienen una forma de
caerse en la mitad.
Y después de un tiempo
uno aprende que si es demasiado,
hasta el calorcito del sol quema.
Así que uno planta su propio jardín
y decora su propia alma, en lugar
de esperar a que alguien le traiga flores. Y uno aprende que realmente puede aguantar,
que uno realmente es fuerte,
que uno realmente vale,
y uno aprende y aprende...
y con cada día uno aprende.
Jorge Luis Borges