domingo, 20 de septiembre de 2009

... DESENGAÑO...

... Muchas veces me digo que nada es casual... que todo obedece a algo que, de forma invisible, se mueve a nuestro alrededor... que todo ocurre porque hay cosas que luchan por ser visibles, por hablarnos, por mostrarnos un rostro que la conveniencia, el interés, la deslealtad en fin... hacen pequeño e inane...
... Nada es casual... ni los despistes son casuales... tal vez en ellos, ese mínimo rostro nos hace un guiño, nos regala una causalidad para que podamos contemplar claramente el camino que intentan arrebatarnos, que intentan llenarnos de piedras, de engaños inútiles, de mentiras vanas, de éticas moribundas, de integridades de cartón-piedra, de falsas palabras, de buenas caras que esconden el menosprecio... quizá...
Suelen decir que no hemos de mirar tanto hacia el exterior... que hemos de mirar dentro de nosotros para encontrar la causa de todo lo que nos desconcierta, lo que no podemos explicar... Intento hacerlo... me observo... me miro... me estudio... y no encuentro el porqué de todo aquello que ahora acierto a percibir con más claridad que nunca... pues de la nada, una especie de "intuición" crece rápida, joven y audaz... una intuición que me dice: habla... que no crean que te las tragas de buen grado. Te las tragarás -continúa hablando mi intuición- pero no sin antes poner sobre la mesa la verdad que ellos visten con los falsos ropajes del engaño, del interés, de la deslealtad...
... Nada es casual... ni los despistes son casuales...
... Y de repente una frase me asalta: EL ÉXITO ESTÁ DIRECTAMENTE UNIDO A LA HONRADEZ; SI PIERDES LA SEGUNDA, CONSEGUIRÁS EL PRIMERO... y algo me dice que siempre seré "una pobre desgraciada"...

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