El pensamiento es libre...
El sentimiento también...
... Pero si somos libres para interpretar, para pensar, para sentir... ¿Somos libres para actuar cuando nada se nos ha dicho y sólo lo hemos interpretado?...
... ¿No decir nada es decir sí?
... ¿Es que aceptar una amistad ya nos da pasaporte para pensar otra cosa, para interpretar que podemos y queremos ir más allá?...
... Actualmente me hallo en esta tesitura...
... Siempre creí que la amistad era suficiente, sobre todo cuando de nada más he dado muestras...
1 comentario:
La amistad es un tesoro, es lo más maravilloso que puede existir entre los seres humanos.
En el fondo se trata de personas que comparten gustos, aficiones o inquietudes, que se sienten a gusto estando juntas, que se prestan su ayuda sin necesidad siquiera de que se las llame, que se ofrecen la mano de forma desinteresada y sin esperar nada a cambio.
Es normal que entre amigos se cree un vínculo especial, que se necesiten aunque no lo digan, que se respeten y se equivoquen, como todo ser humano, y que se perdonen cualquier defecto o cualquier acción que haya podido herir a uno de ellos de forma accidental.
Cuando uno está entre amigos, hasta el silencio es hermoso; no se necesita decir nada para sentirse lleno por dentro.
Pero cuántos se hacen llamar amigos y abandonan el barco como las ratas apenas perciben que las cosas empiezan a ir mal o cuando intuyen que ya no hay beneficio que sacar.
Por eso, a los verdaderos amigos se los reconoce en los momentos difíciles porque son los que están ahí, a veces sin decir nada, los que no nos abandonan aunque nos hayamos equivocado o aunque no tengamos razón en algo.
Al verdadero amigo hay que cuidarlo, por eso, basta un simple gesto para saber cuándo nos está dando las gracias o nos está pidiendo perdón.
Gracias por ser mi amiga, Sofía.
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