martes, 30 de septiembre de 2008

SE VA SEPTIEMBRE...


... Septiembre amor, es la locura de dormir muy abrazados... es despertarme para verte sonreír... como el otoño, descubrir que estás ahí...





... Septiembre amor, es cuando todo vuelve a estar en su lugar; la playa lisa como un vientre sin tocar... tu cuerpo es mío... y yo vuelvo a ser feliz...

domingo, 28 de septiembre de 2008

EL REESTRENO DE OLVIDA LOS TAMBORES.

La temporada pasada se estrenó la hermosa obra de Ana Diosdado, Olvida los tambores. En 1970 este texto se llevó a escena con grandes intérpretes: Jaime Blanch, Mercedes Sampietro, Emilio Gutiérrez-Caba... en fin, grandes intérpretes.
Me encantó el texto.
Escribí que un buen texto sobrevive siempre a pesar de las interpretaciones... Esta puesta en escena ha girado y, según me comentaba uno de los actores, ha tenido un enorme éxito... quizá por ello ha regresado a Madrid.
Ha habido cambios en el reparto:
Carmen Morales no está y su papel lo interpreta ahora Lidia San José.
Ana Polvorosa tampoco está. En su lugar, ha debutado Elena Furiase.
Guillermo Ortega dejó la obra unos mes después del estreno en Madrid, sustituyéndolo Gorka Otxoa.
Ayer fui a verla nuevamente. Me parece interesante ver las obras más de una vez. No hay que ser "masoquistas" pero siempre es curioso. Se ve cómo evolucionan los actores. Cómo evoluciona la misma función. Cómo el que no es buen actor se queda atrás en la carrera de fondo que supone vivir un personaje, una historia, una aventura teatral, al fin y al cabo.
Ayer seguí descubriendo y me llevé algún chasco...
Descubrí lo triste que resulta no poder disfrutar de un magnífico texto por la ineptitud de "unas personas que suben al escenario" sin lo mínimo: SABER HABLAR. Y no me refiero al volumen de la voz, a su proyección (que también) sino a la pronunciación, a la declamación, a hablar claramente en "castellano"... Gorka Otxoa, perdónenme, pero es NEFASTO... el resto... bueno... se escapó algún "M'ahogo" "M'asusto" "M'hagustao" "Pos claro"... sin contar las frases cortas que se dijeron rápido (como si se tuviera prisa) y claro... el espectador se, nos, quedamos a medias... ¡¡Qué horror!!... a veces te encuentras con puestas en escena en las que se vocaliza mal, la proyección de la voz es más que débil... pero tantas cosas juntas... ¡¡Qué horror!!...
Si esto fuera poco, el personaje que interpreta Leandro Rivera, Pepe, que originalmente es el más divertido, simpático y espontáneo, se ha vulgarizado de una manera atroz. Lo han convertido en el punto gracioso y sin sentido, de una obra que, según parece, necesitaba eso para tener éxito porque sino, no me lo explico. "La velocidad de movimiento" de este personaje se ha contagiado al resto y en algún momento parece que a todos se les ha incorporado "un motorcito" y se mueven como el conejo ése de las pilas alcalinas..."No paran, siguen, siguen"...
Yo también "sigo": Casi al final, el personaje que interpreta Antonio Albella el mejor con diferencia, le dice a Toni (Antonio Hortelano) que olvide los tambores... lo hace de una forma muy clara, demasiado clara... Me temo que han cambiado el contexto en el que se dice esa frase para que el público sepa ver y descifrar la metáfora... (pensé, entonces, que no soy yo, precisamente, quien tiene la convicción de que la gente es tonta y necesita que todo se le dé "mascadito"). Cuando la vi, esta frase aparecía justo cuando todos estaban alrededor del piano (más sosegados porque ahora parecen histéricos). Sonaba la canción, y justo en el estribillo... los tambores. El personaje de Antonio Albella le hablaba de la canción, le hablaba de mùsica... Hablaban de violines y de tambores y de poesía... claro, había que estar muy pendiente para captar la metáfora... sin embargo, eso es lo bonito ¿no?... ya veo que no.
En fin, ha sido un interesante descubrimiento... aunque ahora se me presenta un dilema: ¿Cómo le digo al actor que conozco y, que forma parte de ese reparto, todo esto. Me callo. Miento, acaso...?... habré de adquirir un poco de "diplomacia", me temo...

MI ÚLTIMO HOMENAJE...



Gracias por lo que nos diste... gracias por lo que nos dejas...

viernes, 26 de septiembre de 2008

LOS GIRASOLES CIEGOS

Los girasoles ciegos es la película que irá a Hollywood para finalmente optar a la representación española, en los Óscar.

Me alegro.

Me alegro por todos los que opinan que hacer películas que cuenten algo de la historia de España en una determinada época es una moda.

Me alegro por todos los que opinan que ya está bien de hacer películas sobre la guerra civil y la posguerra, mientras se beben los filmes patrióticos yanquees.

Me alegro por los críticos que por hacer crítica en determinados medios hablan de esta película de modo tímido, casi con miedo, casi sin querer...

Me alegro porque la he visto y me ha gustado.

... Que me alegro y ya está... y sobre todo, me voy a alegrar cuando "mis compis radiofónicos" se "cabreen" y empiecen a vociferar nuevamente que el cine y el teatro y... la interpretación en general está copada por "una pandilla de rojos"...(Reconozco que esta última razón es un poco visceral, disculpadme).

miércoles, 24 de septiembre de 2008

EL REPRESENTANTE DE ACTORES...

Ayer fui al teatro. Nuevamente quise ver si "ese actor" me sorprendía... No lo hizo. Desde cierto año y cierto trabajo... lo sigo viendo igual, quizá sea porque no hace otra cosa. En el descanso, comenté con mi amiga (fan incondicional de "ese actor") lo que me parecía. En un momento dado, un hombre me dice (amablemente) que no le puedo pedir más con la edad que tiene; que él es representante de actores y lo sabe bien.

Ayer pensé que quizá sea demasiado cruel con los actores... no lo sé. Yo no lo creo, aunque lo que siempre he mantenido es que en este campo, como en todo, hay mucho amiguismo, hay los que yo llamo "Divos/as intocables" y la hipocresía o diplomacia del que por no decir lo que ve, reúne un montón de palabras para, al final, no decir nada.

Así pues y sin apearme de mis formas... poco diplomáticas... diré quién es "ese actor": Arturo Fernández.

Desde que una vez me echaron un "sermón" diciéndome que despreciaba el teatro comercial y que sólo veía lo que creía "bueno", lo "miro" todo conservando siempre la "ilusa" esperanza de la sorpresa... ("ilusa" por el momento).

Bien, Arturo Fernández no me sorprendió, creo que iba repitiendo las frases cortas para, así, dar tiempo a su memoria o al "pinganillo" que le iba "apuntando" el texto (no sé lo del "pinganillo"), tengo la impresión de que metía "morcillas" innecesarias que quedaban añadidas artificiosamente a un texto que sinceramente creo, le viene grande, pues él sigue adoptando "la pose" del galán eterno que a veces resulta "patético"... eso sin contar sus equivocaciones y sus gestos siempre iguales y siempre exagerados... ¿no puedo pedirle más porque es muy mayor...? no sé... este señor dice siempre que tiene 69 años... con lo que a lo mejor tiene diez más... aún así, lo que se le puede pedir es el respeto al público, claro eso sería si el público que va a ver a Arturo Fernández fuera a ver "teatro"... sinceramente creo que ese tipo de público va a verlo a él y le importa un pepino lo que haga.

Lo que sí creo es que hay actores, directores, autores... en fin, de todo, que se creen más allá del bien y del mal... y eso no es bueno... porque no siempre vas a tener la inmensa fortuna de dar con un "amigo" que se va a callar todo lo que vea o que va a opinar siempre bien de ti, por ser tú...

Mi madre suele decir: La pasión no quita el conocimiento... en fin, pasión hay y mucha y de una u otra forma todo el mundo la ha saboreado... aunque lo del "conocimiento" es más discutible ¿no?...

martes, 23 de septiembre de 2008

CUENTOS CUÁNTICOS...

MISIL INTELIGENTE.

El científico creó un misil verdaderamente inteligente. En la primera prueba se volvió contra su creador y lo mató.

POLÍTICAMENTE INCORRECTO

La población reclusa no cumple la cuota femenina. Habrá que hacer algo.

EL CIEGO QUE CONTABA HISTORIAS

En Bagdad había dos contadores de historias muy célebres. Uno de ellos envidioso de la fantasía del otro, se hizo estirpar los ojos, de modo que sus historias, sin la distracción de lo que veía, pronto superaron en riqueza de detalles a las de su rival.

LAS VÍAS DE TREN

Mirándose siempre la una a la otra sólo practican el amor cuando un tren las hace vibrar pasándolas por encima. A veces eso no es suficiente y se produce un descarrilamiento.

UNA PELÍCULA MUY ABURRIDA

Me lo relató el encargado de un cine. A él se lo había contado el chico de la cabina. Las distribuidoras alquilaban las películas en paquetes cerrados, las buenas junto a las malas, de modo que el exhibidor estaba obligado a proyectar también las que el público rechazaba. Una noche entraron en la sala dos o tres espectadores que a la media hora se habían marchado incapaces de soportar la película. El operario de cabina, que se había dormido, sintió que alguien le tocaba en el hombro. Asegura que era el actor principal. Había salido de la pantalla, atravesado la sala de butacas y subido a la cabina para despertarlo: "Muchacho, corta la proyección y vete a casa que nadie nos está viendo", le dijo.

Estos son algunos de los cuentos que se incluyen en el último libro del Director del Instituto Cervantes en Londres, Juan Pedro Aparicio: El juego del diábolo. Esta tarde hemos podido charlar con él:



Son cuentos que completamos nosotros, los lectores. Después de ese, aparente, punto y final... se abre un inmenso mar de posibles resoluciones... ¿Seremos, pues, nosotros quienes escribimos esos cuentos, esas historias?...

domingo, 21 de septiembre de 2008

BALADA PARA UN NUEVO OTOÑO...

...ES OTOÑO... EL AMOR, SENTADO JUNTO A MI, SE DILUYE EN UNA LLUVIA DESESPERANZADA...



... ES OTOÑO... EL FUTURO CIERRA SUS OJOS... DORMITA CALLADO, MIENTRAS AGUARDA LA INCONDICIONAL LLAMADA DE UNA NUEVA VIDA...

... ES OTOÑO... LOS SUEÑOS PINTAN SUS OJOS DE UN GRIS AUSTERO...

...ES OTOÑO... LOS DÍAS NO ACABAN DE AMANECER... LA VIDA AVANZA A MEDIAS... LA REALIDAD ADOPTA UNA ACTITUD TACITURNA... TENGO LA IMPRESIÓN DE QUE TODOS FORMAMOS PARTE DE UN CUADRO CUYO FONDO GRIS DESCANSA EN UN PENTAGRAMA INDECISO...

... AL FIN Y AL CABO, ES OTOÑO...

viernes, 19 de septiembre de 2008

UN MILLÓN DE MUERTOS, UN MILLÓN DE TUMBAS, UN MILLÓN DE ESPECTROS...

..."¿Son estos soldados que veo lánguidos y hastiados los que han ganado la guerra? No, ellos quieren regresar a sus hogares adonde no llegarán como militares victoriosos sino como extraños de la vida, como ausentes de lo propio, y se convertirán, poco a poco, en carne de vencidos. Se amalgamarán con quienes han sido derrotados, de los que sólo se diferenciarán por el estigma de sus rencores contrapuestos. Terminarán temiendo, como el vencido, al vencedor real, que venció al ejército enemigo y al propio. Sólo algunos muertos serán considerados protagonistas de la guerra"... (Los Girasoles ciegos. Alberto Méndez)

... Durante cuarenta años, sólo algunos muertos fueron considerados protagonistas de la guerra...



PD: Como veréis, Cecilia es mucho más que Un ramito de violetas...

martes, 16 de septiembre de 2008

BEATLES, LA LEYENDA...

... Tal vez, los Beatles se merecían un homenaje... de más calidad, de más entidad...
Tal vez, los organizadores no sabían que el escenario del Teatro Calderón (lo sigo llamando así, discúlpenme) era tan pequeño...
Tal vez, la publicidad deba ser "engañosa" siempre y al decirnos que entre canción y canción, una voz (la de Ramón Langa) nos desvelaría anécdotas del grupo británico que ni tan siquiera conocen sus admiradores, haya mentido una vez más... y no sólo no nos diga nada nuevo, sino que el vídeo y el sonido lleguen hasta los espectadores tarde y deficientemente...
Tal vez, se confunda sencillez con cutrería... y en esta ocasión, de igual manera, se haya confundido...
Tal vez, los y las jóvenes cantantes deban olvidar "los gorgoritos o florituras" para cantar de una vez por todas interpretando y sintiendo verdaderamente una melodía y una letra...
Algo bueno, no voy a ser tan negativa, las voces y la música eran en directo. Nada de playbacks ni música enlatada. Enhorabuena por el directo... ¿algo básico? pues sí, pero últimamente, es algo que brilla por su ausencia.

lunes, 15 de septiembre de 2008

UN CUENTO PARA SER REPRESENTADO...

PEQUEÑA FUNCIÓN DE NOCHE.

(LA ROSALEDA. Carlos Álvarez-Nóvoa)

Entre el crema crudo de la puntilla que bordea la cofia, salen sus cabellos castaños, enmarcando el rostro de cera, coloreado por un ligero rubor naranja en las mejillas que se intensifica en los labios. Tiene los ojos cerrados; las largas pestañas se curvan suavemente bajo la línea casi imperceptible de las cejas. El largo vestido sólo deja ver sus pies desnudos y la palidez de las manos que, también entre puntillas, asoman tímidamente; el mismo calado adorna en semicírculo la pechera; la tela es de rancia cortina estampada en flores de colores apagados. Lucía le levanta las faldas delicadamente hasta cubrirle el rostro y comienza a desnudarla. Cuando la incorpora para desabotonar el vestido se abren sus ojos color miel en una mirada triste y fija; los párpados de la muñeca titubean un momento bajo el temblor del sencillo mecanismo y vuelven a cerrarse abandonados en manos de la niña.
En el pasillo suenan amortiguadas las palabras tensas de una discusión matrimonial. Como respuesta al ¿pero te apetece salir o no? (ese "pero" terminante como un minúsculo ultimátum), la voz cansada de ella en ese como quieras, tantas veces repetido, para evitar discusiones y tantas otras provocador de la reyerta.
-¡Como quieras! ¿Te pregunto si te apetece o no?
-Sí, me apetece.
Él se impacienta más y cierra la puerta por dentro para que quede claro que está dispuesto a cambiar el plan y a no salir al cine ni a cenar fuera, mientras remeda el sí, me apetece, y añade para llenarse de razón:
-En ese tono le quitas las ganas a cualquiera.
Continúan frente a frente buscando y esquivando miradas, entre reproches y frases agrias; el ¡Por Dios, Antonio, no empecemos!, seguido del yo no empiezo nada, eres tú la que tiene la rara cualidad de estropearlo todo.
-... Y en nuestro aniversario.
-Pero, Antonio, ¿qué quieres que diga?
-Nada, yo no quiero que digas nada; lo que quiero es que no pongas esa cara de oveja degollada...
Ella transige; intenta sonreír con un ¡anda vamos!, entreabre la puerta de la sala y se despide de la niña:
-¡Luchi! Volveremos pronto. Acuéstate a las diez y deja todo apagado.
La niña desanuda la cinta de seda blanca que sujeta al tocado de la muñeca, sin volver la cabeza. Cuando la madre se aproxima a su espalda, oyes lo que te estoy diciendo, el padre entra también en el cuarto y alza la voz:
-¿Oyes a tu madre?
La niña asiente sin mirarlos, mientras el padre sale otra vez al pasillo rezongando esta niña parece tonta.
-Tómate la tortilla francesa y un yogur -dice la madre en tono más suave, y añade- y si pones la tele, no la pongas fuerte.
Desde el pasillo llega la voz agria del marido, si nos entretenemos más tiempo llegaremos a mitad de la película, mientras la madre repite el pórtate bien y acuéstate a las diez. Cuando suena la puerta de la calle, Lucía gira imperceptiblemente la cabeza, termina de desnudar a su muñeca, la sienta en una pequeña sillita de mimbre y, para que no se enfríe, la cubre con un paño blanco que, por un momento, puede parecer un sudario.
-Así, sentadita y calladita, ¿eh?... Las niñas tienen que estar calladas cuando hablan los mayores.
Se levanta del suelo y, después de salir al pasillo y asegurarse de la marcha de los padres, coloca dos sillas frente a frente, situando la de la muñeca un poco más alejada, como espectadora de la función que va a comenzar. Lucía se sienta en una de las sillas y trata de imitar a su madre:
-¡Antonio! ¡Hoy vamos a hablar!
Entre risas sale de la habitación, regresando enseguida con un vestido de la madre y unos altos zapatos de tacón con los que viste y calza una de las sillas. Sale de nuevo y vuelve a entrar con una chaqueta del padre que cuelga sobre el respaldo de la otra silla. Después de asomarse al pasillo y escuchar con la oreja pegada a la puerta los sonidos de la escalera, se encierra en la sala y se pone el vestido y los tacones.
-¡Antonio! ¡Hoy vamos a hablar! ¡Sí, vamos a hablar!
Se sienta en la silla y se dirige a la muñeca:
-¡Y tú, cállate! Ya te he dicho que las niñas tienen que estar calladas cuando hablan los mayores... Y tienen que marcharse a jugar por ahí, o a la cama... o a donde sea.
Se levanta y acercándose a la muñeca gira su sillita cara a la pared, dejando ver a través del mimbre el trapo de la espalda y el arranque del calzón en la goma de la cintura. Lucía se sienta decidida, fijando su mirada en la chaqueta de su padre.
-No podemos seguir así. No-po-de-mos-se-guir-a-sí. Estoy harta ¿lo entiendes? ¡Har-ta!
Riéndose cambia el vestido y los zapatos de tacón, cuidadosamente colocados en la silla, por la chaqueta. Se remanga para poder sacar las manos; intenta evitar que se deslicen las anchas hombreras, sujetando las solapas en torno al cuello. Pasea por la habitación haciendo como si fumara y continúa hablando en tono fingidamente grave.
-¿Dónde has puesto mi periódico? ¿Y mi camisa? ¿y mi desayuno...? ¿Y dónde está la tijera de uñas? En esta casa nunca se encuentra nada.
Se sienta con aire fatigado, hablando como si estuviera ausente.
-Estoy cansado, hoy he tenido mucho trabajo y llego a casa y todo son problemas. Mira airada a la muñeca:
-¿Pero aún no has acostado a la niña?
Lucía busca un rotulador y ante el espejo de una consola se pinta un bigote. Pasea con las manos atrás. De pronto se detiene:
-¡Coño! -se ríe- ¡Coño! ¡Puta! Esta casa es un... -titubea- ¡Esta no es una casa! ¡Nunca está nada en su sitio! ¿Dónde está mi carpeta?
Se mueve por la habitación haciendo como que busca; por un momento puede llegar a parecer que busca de verdad. Se acerca a la silla y coge el vestido en la mano y le habla:
-¿Dönde está mi carpeta? ¡Estoy harto de decirte que no toques mis cosas! Siempre lo escondes todo.
Arroja el vestido a la silla y se acerca a la muñeca. Lucía está excitada; ya no parece que esté jugando. Respira fuerte y zarandea a la muñeca, mientras la increpa:
-¡Luchi! ¿dónde está mi carpeta? ¡tonta! ¡Que eres tonta! ¡Igual que tu madre! Sienta a la muñeca con brusquedad y vuelve al lado de la silla. Se quita la americana y la deja sobre el asiento. Se pone el vestido y los zapatos de tacón con prisa y olvida despintar el bigote. Coloca la chaqueta en el respaldo amorosamente:
-¡Antonio! -juega con una de las mangas de la prenda de su padre y continúa dulzarrona- ¡Antonio! ¿Nos vamos a acostar? La niña duerme... ¡Anda!... ¿Hacemos cositas? -se separa de la silla, fingiendo llorar o casi llora- ¡Ya no me quieres! ¡Ya no me quieres!...
Lucía, más excitada, va hacia la muñeca; la coge y la abofetea:
-¿Tú qué haces aquí? ¡Tiene razón tu padre! ¡Eres tonta! ¡Y una metomentodo!
Regresa junto a la silla y se coloca ahora la chaqueta sobre el vestido, sin quitarse los tacones. Ya no intenta cambiar de voz; habla entrecortadamente, desde lo más hondo de su infancia casi adolescente con palabras de adulto, pero sin imitar actitudes ni gestos; todo es ambiguo; su aspecto, pero sin imitar actitudes ni gestos; todo es ambiguo; su aspecto, el tono, la situación. Si hubiera espectadores reales, nadie podría saber la verdad de lo que está ocurriendo. Se acerca a la consola y se mira al espejo con odio; abre un cajón y saca una llave; con ella abre otro cajón; rebusca bajo las mantelerías y empuña una pistola.
-¡No sé por qué os aguanto! ¡Cualquier día hago una barbaridad!
Se acerca a la silla de la madre y con el brazo firme encañona el respaldo:
-¡Te voy a pegar un tiro! ¡Pum! ¡Ya estás muerta!
Respira hondo y se quita ceremoniosamente los zapatos de tacón y los arroja muertos al suelo, al pie de la silla. Va junto a la muñeca y apunta hacia ella con la misma firmeza:
-A ti otro. Por tonta. ¡Pum!
Tira al suelo la silla de juguete con una patadita.
-¡Hale! ¡Ya estás muerta!... Ya están los dos... Y ahora también yo me voy a pegar un tiro.
Acerca la pistola a la sien; al sentir el frío del cañón, lo separa un poco apuntando hacia arriba. La pistola se dispara -o la dispara ella- y la bala rebota del techo a la pared de enfrente y cae al suelo. Lucía, tranquila, quieta en medio de la habitación, descalza, con la chaqueta sobre el vestido, busca con la mirada; recoge la bala y la esconde en un bolsillo. Se acerca a la consola y guarda la pistola entre las mantelerías. Cierra y guarda la llave en el otro cajón.
Ante el espejo, con gesto mecánico, borra su bigote frotando arriba y abajo con el dedo índice, primero el de una mano y después el de la otra. La tinta del rotulador marca sus huellas dactilares haciéndolas resaltar.



Es la rueda de prensa de Puerta del Sol. El colofón de oro de la celebración del segundo centenario del 2 de mayo. Dirigida por Juan Carlos Pérez de La Fuente. Basada en Los Episodios Nacionales de Pérez Galdós, adaptada por Jerónimo López Mozo. Interpretada por Jesús Noguero, Ramón Barea, Chete Lera, Paco Racionero, Juan Díaz... Y Carlos Álvarez-Nóvoa... (Más casi cuarenta intérpretes que hacen de este montaje algo verdaderamente espectacular y sobrecogedor)...
... Carlos Álvarez-Nóvoa... ¿No creéis que hay rostros cuya mirada irradian paz, serenidad, confortabilidad...?... Supongo que hay rostros que no pueden silenciar todo lo que bulle en el interior de una persona... El rostro de Carlos Álvarez-Nóvoa es así... y la persona que habita tras ese nombre es tan rica... que no he podido evitar mostraros un poquito de ese ser que escribe, interpreta y vive de una forma tan apasionante...

sábado, 13 de septiembre de 2008

SIN PALABRAS...

Hay por ahí, en el inmenso mar de internet, una página que pretende ser profesional, cuando sólo logra configurarse como un grupo de internaturas absolutamente fans. Hay por ahí un grupo de locos por los musicales que te incluyen en su equipo como miembro permanente y luego, como si de un juego se tratase, te quitan, sin avisar, sin tener el buen gusto, la clase, la calidad humana, la valentía de llamar o remitir un e-mail y decirlo, que eliminan tu nombre del apartado "colaborador permanente" con la cara y la desvergüenza de "quedarse" con todos los artículos que se escribieron para esa página. O no eliminas el nombre o, si lo eliminas, lo haces con todas las consecuencias.
Desde hace mucho tiempo pensaba que esa página no era profesional... el profesional incluye en su medio informativo "todo". Lo positivo y lo negativo, con la mayor objetividad posible, o la menor subjetividad, como prefieran. Estos no. Las sombras de los musicales no caben en su portal... son fans... y los fans, son "fanáticos" y en el campo visual de los fanáticos sólo tiene cabida el aspecto positivo... incluso diría más, el aspecto negativo se viste de color y armonía...
Desde hace algún tiempo tenía la impresión de que el autor de esa página era ansioso y acaparador... quería hacerlo todo. Sólo se dignaba a marcar mi número de teléfono cuando por cualquier razón, él no podía hacer una determinada entrevista o un determinado comentario crítico...
Desde hace algún tiempo sabía que el autor de esta página tenía la necesidad imperiosa de figurar en todas partes, en todos y cada uno de los artículos que componen ese portal...
Desde hace algún tiempo pensaba poner el punto y final a "mi historia" en la vida de ese portal... esta acción me lo ha puesto fácil... y una vez más, me siento "tonta" por hacer oídos sordos a mi intuición, a la voz que interiormente me dice lo que es verdad... a ese "toque de meiga" que con toda razón me caracteriza (ascendencia paterna)...
Desde hace algún tiempo tenía la impresión de que la clase y el buen gusto no eran rasgos que caracterizasen a esa persona y a ese portal. Hoy lo he sabido y es él mismo quien me lo ha confirmado.

lunes, 8 de septiembre de 2008

PERDER LA... INNOCENCE.

Mucha parafernalia y poca "chicha". Éste podría ser el titular del concierto de Geraldine Larrosa. No podemos negar que la chica canta bien. Que la chica tiene una voz bonita y potente, pero... hasta esa afirmación tenemos que hacerla con cuidado... es triste conocer todo lo que se puede llegar a conseguir con los adelantos técnicos, es triste conocer que un técnico de sonido puede hacer que cante bien quien ni tan siquiera canta... con lo que hasta de esa posibilidad debemos dudar. El concierto de Innocence prometía ser un espectáculo con mayúsculas. Un nutrido conjunto de bailarines, un nutrido coro, una orquesta con no sé cuántos músicos y Geraldine Larrosa... Bailarines, pues sí, diez y realmente buenos; orquesta, sí, algunos músicos... pero también algún que otro "sintetizador"... (los sintetizadores no me gustan, eso de que un aparatito imite el sonido de un instrumento... y se utilice porque, lógicamente, es más barato... no me gusta... creo que es "trampa")... Geraldine Larrosa, sí estaba, cómo no; a veces se percibía cierta desorientación a la hora de moverse sobre el escenario, a la hora de conjuntar sus movimientos con los de los profesionales... sin fuerza, en general, a la hora de interpretar los temas... Y el coro... en todas las canciones se oían voces en ocasiones casi más potentes que la voz de la propia Geraldine, voces de hombres (muy parecidas a las de los componentes de IL DIVO), pero no había coro... o lo que es lo mismo, el coro, las voces del coro que secundaban a las de la cantante estrella nos las presentaron "enlatadas" (bueno, no nos las presentaron, obviamente). Eso es un timo, es trampa, es una farsa. Sobre todo porque empiezas a pensar que si las voces del coro van enlatadas quien te dice que la voz de la rubia "de bote" no te la están sirviendo de igual modo... El sonido estaba demasiado fuerte, molestaba, resultaba desagradable. Geraldine Larrosa era quizá el ingrediente menos sabroso de un espectáculo grande, caro, visual, concebido para olvidar las carencias artísticas de una cantante que sinceramente en disco puede sonar muy bien, pero que en "directo" o "semi-directo" (disculpen mi incredulidad) es pobre... el escenario se le queda grande, no te regala las canciones con fuerza, con ímpetu, con una personalidad arrolladora que te haga vibrar... las vibraciones te las ofrecen diez chicos que están realmente bien y que hacen su trabajo con una destreza notable y una coreografía, en determinadas canciones, sobresaliente... sin embargo, en la hora y media que duró el espectáculo tuve la desagradable sensación de que me estaban tomando el pelo.

viernes, 5 de septiembre de 2008

CREENCIAS, IDEALES... Y COPE

Hablaba de mentiras... yo no he mentido, simplemente he intentado obviar el lugar en el que trabajo para según qué ocupaciones... nunca digo la emisora de radio en la que desarrollo mi labor profesional, por otra parte, tampoco he de decirlo, pues mi labor teatral no la desempeño para ese lugar, que por cierto nunca lo escribí, es Cadena Cope (Cope Madrid 2). No es que me avergüence, simplemente no me gusta y a veces me indigna que sobreentiendan que trabajando en un lugar determinado compartas convicciones, formas de sentir, formas de pensar, formas de creer con ese lugar. Me exaspera que los compañeros (superiores) hagan bromas políticas sobreentendiendo que compartes sus convicciones. Me siento impotente cuando comentas la emisora en la que trabajas, y vecinos, conocidos te dan la enhorabuena porque ésa es también su emisora... Los medios de comunicación están absolutamente politizados y quizá el teatro también. Considero que mi labor profesional más seria centrada en el teatro no la desarrollo para Cope Madrid 2 con lo que nunca he dicho el lugar en el que realizo, esencialmente, labores técnicas, si bien, en los últimos tiempos me he asomado tímidamente al micro (tras permanecer un año "vetada") y hoy... "me han descubierto". Estamos llevando a cabo una labor de colaboración con diversas agencias publicitarias relacionadas con el teatro, con lo que he aprovechado la oportunidad para charlar con dos actores que me parecen interesantes, "saltándome" el escalafón de "prensa", pues este tema, en esta obra concretamente, lo lleva una persona que el pasado año me hizo una pequeña "jugadita"... la agencia publicitaria se puso en contacto con prensa y obviamente lo hizo en nombre de Cope Madrid 2 y en el mío. El responsable le dijo que me conocía pero como colaboradora en dos revistas no como Cope... total, que tuve que llamar a esta persona y me vi obligada a "salir del armario"... pensé que de nada sirve ocultar algo... tarde o temprano la puerta se abre... la abres tú, la abre el tiempo, la abre la misma vida... mientras es ésa misma vida la que te coloca la etiqueta tan sólo porque cada día has de sentarte ante una mesa de control y has de decir "dentro" a unos locutores con cuyas palabras no te identificas ni un poquito... hace un año, quizá dos, comentaba con una amiga que me había radicalizado... desde que he de "oír" -no escuchar- las palabras que Emilio, Javier, Salvador, Carlos... pronuncian me siento más a la izquierda, incluso siento que estoy en el lugar más correcto, más justo...
Cambiando de tema... o no tanto... El otro día, en un programa de esta emisora un compañero comenzó con una frase de Cantinflas. Era más o menos ésta: "Algo malo debe tener el trabajo, o los ricos ya lo habrían acaparado."
Me encantó... cuánta razón tiene... y fijaos que los ricos, más ahora que la crisis está sentada a nuestro lado según parece, harán su "agosto"... Hay paro; los pobres precisamos con urgencia un trabajo, un ingreso más; los ricos, empresarios casi todos, se aprovechan de nuestra necesidad. Por tanto, pagarán menos, explotarán más... y los últimos y primeros (para qué obviarlo) beneficiados de esta crisis... serán los mismos de siempre: LOS RICOS.

martes, 2 de septiembre de 2008

MENTIR SIN INTELIGENCIA...

Todo el mundo ha calzado alguna vez más de una mentira, sin embargo a la inmensa mayoría este zapato le viene grande o nos viene grande...

¿por qué?

En primer lugar porque para mentir es necesaria mucha inteligencia. Se suele decir que las mentiras tienen las patitas muy cortas, no es cierto. Lo corto, escaso, ralo y pobre es la inteligencia de quien pone en camino esa mentira.

En segundo lugar porque al mentir, todos absolutamente todos, ponemos en entredicho la astucia ajena. Creemos que jamás se enterará de nuestra treta la paciente víctima a la que va destinada esa "trola".

En tercer lugar porque muchas veces enarbolamos la bandera de la mentira sin necesidad... podéis pensar que nunca es necesaria la mentira... no es del todo cierto... existen las mentiras piadosas... o circunstancias extremas que nos obligan a mentir... pero hay veces que por tonterías, por no quedar mal, por no sé qué razones extrañas lanzamos al aire una mentira y cuando ese engaño es sacado de su armario particular el destinatario se queda a cuadros... sin respuesta ante un comportamiento tan infantil y absurdo...

Hay que ser muy inteligente para mentir y lo más curioso es que el mentiroso/a no lo suele ser... Además de actuar con una absoluta e ignorante prepotencia...

Mentiras como aquella en la que alguien te dice "a ver si nos vemos... aunque sólo puedo el domingo..." y días después te encuentras con esa persona un miércoles, un martes, un viernes... o no te encuentras con esa persona pero alguien muy allegado te dice que tal o cual día (distintos del domingo) salió a un sitio, a otro sitio... hay que ser un poco cuidadoso con lo que se dice y las excusas que se ponen... las víctimas no somos tontas...

Mentiras como la de aquél compañero que dice, de forma gratuita, que cobra lo mismo que "una servidora", lo reitera incluso. Meses, algún año quizá, me pide que ya que voy a cobrar mi cheque le cobre el suyo... el jefe (no muy cuidadoso, las cosas como son) me los da juntos, ambos, con lo que de forma inevitable veo el suyo... ¿cobraba igual que yo? Cobraba el doble... Hay que tener buena memoria para mentir...

Mentiras como la de aquél compañero (siempre el mismo) que me dice que no ha ido a comer a un restaurante (productor de un programa de radio) algún oyente (cotilla) me dice que lo vio. Se lo digo, insisto incluso... y él "erre que erre" con el categórico "no he ido" acompañado de una mirada asombrada, extraña y llena de falsa y hueca inocencia. Hablo con el dueño del restaurante... y me confirma la mentira. Sí fue... ¿qué razón hay en decirme que no ha ido? No hay razón alguna...

La verdad no es triste, ya lo dice Serrat, no tiene remedio que es distinto... aunque sin lugar a dudas, cuando tememos herir a alguien con una verdad posiblemente áspera y cruda... hemos de pensar (si sabemos hacerlo) que tarde o temprano la persona a la que mentimos hará cálculos, hará cábalas y por qué no, sabrá que se le ha mentido...

Mentir es una obra propia de prepotentes, ignorantes, ufanos y soberbios (en el más estricto sentido de la palabra) porque al hacerlo despreciamos al otro y lo hacemos, al sobreentender que nunca será descubierto el rostro de la mentira... Pero vuelvo a insistir, hay razones y razones, circunstancias y circunstancias y cada cual conoce las suyas... pero mentir de forma gratuita... nunca podré comprenderlo... y duele... no saben cuánto duele... pero a veces incluso duele más por el menosprecio que se llega a sentir, cuando tras descubrir la verdad, no nos queda más remedio que confirmar que aquel que mintió además de ignorante es un auténtico imbécil.