... Huyen los días rápidos, sin mirarnos, sin dejar en nuestras manos su tacto suave y delicado...
... Huye el tiempo de un presente que sólo es cuando decidimos no pensar...
... Es entonces cuando echamos la vista hacia el pasado y una vez más la melancolía nos atrapa y nos preguntamos el por qué de una preocupación que no hace más que ralentizar nuestro paso y nuestra felicidad...
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